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Estómago satisfecho, espíritu jubiloso.

Friedrich Nietzsche

Etapa 3:  Observación y degustación en el mirador

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Dejamos atrás el bosque al iniciar la ascensión hacia el mirador de la finca. El cambio de relieve es repentino, igual que el cambio en la vegetación. La subida transcurre por una zona abierta poblada de plantas silvestres y arbustos propios de la garriga mallorquina: càrritx, palmito, etc. Este tipo de terreno es idéntico al que domina el Parc Natural de Llevant. La ascensión propiamente dura unos 15 minutos y representa un pequeño reto físico a los excursionistas debido al relieve y a la ausencia de sombra (se trata de un tramo fácilmente asequible para cualquier persona en un buen estado de salud). Esta es sin duda la parte más exigente físicamente de toda la experiencia y requiere de cierto equilibrio pues el sendero es rocoso y la vegetación a ratos es un poco densa. El guía les indica el camino y se asegura de que cada uno de los participantes de la actividad se sienta a gusto y seguro, accediendo a parar si alguien así lo solicita.

 

A lo alto de la cima nos espera el mirador, con bancos de piedra integrados en la propia montaña y la placentera sombra de dos pinos silvestres. Llegados a este punto, con una vista panorámica sobre los bosques, campos, montañas, valles, la villa de Artá y el mar, estamos en la situación perfecta para disfrutar de una sabrosa y saludable merienda a base de productos mallorquines: pan, tomate, aceite de oliva, sobrassada, queso, coca de verdura, olivas y una copa de vino tinto (para los niños ofrecemos un zumo de fruta). Esta experiencia gustativa sigue en sintonía con el entorno y las tradiciones vividas en Can Regalat, pues se trata de la misma comida que se ha disfrutado desde hace siglos en Mallorca. Mientras saboreamos los deliciosos productos de la tierra, el guía nos introduce a su forma de elaboración y principales beneficios para la salud.

 

Las asombrosas vistas del mirador nos permiten apreciar muchos aspectos de la morfología y topografía del territorio. El guía nos explica como el viento, la geología y sobretodo el agua han moldeado el paisaje hasta conseguir el perfecto entorno que vemos a nuestro alrededor. El amplio abanico de elementos incluye torrentes estrechos, llanuras de inundación, mesetas boscosas, sierras rocosas, costa salvaje, etc. Cada uno de estos parajes tiene su propio ecosistema natural y sus cualidades propias para el aprovechamiento humano. Además, el mirador representa un lugar privilegiado para el avistamiento de aves rapaces y para sentir la brisa. Para ello, es también parte del programa el permanecer por lo menos 5 minutos en silencio y así dejar que nuestra mente sintonice totalmente con la naturaleza.

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